La base asociativa de ASPAYM Principado de Asturias está formada por personas con discapacidad física y pluridiscapacidad en general y lesión medular en particular, además de diversas personas colaboradoras: familiares, profesionales y voluntarios. Nuestra masa asociativa la forman socios y socias, residentes en 54 concejos asturianos, siendo una gran parte usuarios/as permanentes de silla de ruedas.
Tipos de discapacidad
Toda discapacidad tiene su origen en una o varias deficiencias funcionales o estructurales y en este sentido se considera como deficiencia cualquier anomalía de un órgano o de una función propia de ese órgano con resultado incapacitante. Para identificar las características de los grandes grupos se ha recurrido a agrupar las deficiencias en las categorías física, mental y sensorial, teniendo siempre presente la gran heterogeneidad que existe dentro de cada uno.
Colectivo específico
La lesión medular (paraplejia y tetraplejia), es una minusvalía sobrevenida, cuya causa más frecuente es la traumática, que en España oscila entre el 61 y el 68% de los casos. La causa más común son los accidentes de tráfico, en todas sus variantes, entre el 52 y el 58% de los casos. Un pequeño porcentaje, el 5%, es debido a accidentes por zambullidas en aguas poco profundas. En España hay entre 25.000 y 30.000 lesionados/as medulares, surgiendo alrededor de 1000 nuevos casos al año, de los cuales unos 20 se producen en Asturias. Sin embargo, se desconoce el número total de lesionados/as medulares que hay en la comunidad, al no existir un censo que lo refleje. La lesión medular es más habitual en hombres que en mujeres y las edades con mayor incidencia oscilan entre los 16 y 35 años. Pocas lesiones producen secuelas tan graves como la afectación medular, que suele derivar, entre otras cosas, en la necesidad de utilizar permanentemente silla de ruedas. Los accidentes de tráfico han contribuido, sin duda, a que en pocos años muchas personas tengan que desplazarse en silla de ruedas, aquejadas por secuelas medulares, y ha sido necesario desplegar medios técnicos y desarrollar unidades hospitalarias, siendo preciso también que la sociedad vaya adaptándose a estas nuevas situaciones.
Discapacidades físicas
Es cierto que esta categoría no es enteramente precisa, sino más bien un esquema que responde a objetivos de delimitación dentro de un espectro amplio. No obstante, su uso puede ayudar a comprender la compleja realidad de las discapacidades.
Se considerará que una persona tiene deficiencia física cuando padezca anomalías orgánicas en el aparato locomotor o las extremidades (cabeza, columna vertebral, extremidades superiores y extremidades inferiores). También se incluirán las deficiencias del sistema nervioso, referidas a las parálisis de extremidades superiores e inferiores, paraplejías y tetraplejías y a los trastornos de coordinación de los movimientos, entre otras. Un último subconjunto recogido en la categoría de discapacidades físicas es el referido a las alteraciones viscerales, esto es, a los aparatos respiratorio, cardiovascular, digestivo, genitourinario, sistema endocrino-metabólico y sistema inmunitario.
En todos los casos de deficiencias de carácter físico el eje problemático en torno al cual se estructura la trama de la integración (deficitaria) es la autonomía personal, ya que aunque en cada etapa del ciclo vital las expectativas en torno a la autonomía son distintas, como también lo son entre las personas que no padecen discapacidad, se trata de un elemento esencial desde el punto de vista de la calidad de vida. Pues bien, hablar de autonomía supone referirse a ámbitos tan variados como el laboral, el educativo, la comunicación social y por supuesto la accesibilidad, que aglutina a todas estas facetas vitales.
La escasa participación en actividad y empleo, el déficit y el desajuste educativo, así como la sobreprotección familiar, que redundan en la falta de autonomía, son problemas comunes en las personas con discapacidad. Pero tal vez se manifiesten de forma especialmente reconocible en términos de accesibilidad en aquellas personas que tienen muy reducida su capacidad de movimiento, como los usuarios/as de sillas de ruedas.
En este sentido, la labor que realiza ASPAYM Principado de Asturias está orientada a favorecer la plena integración y normalización social de este colectivo y el apoyo a sus familias, mediante la gestión de proyectos, programas y servicios, así como ejerciendo su representatividad en todos los foros donde se gestionan aspectos relacionados con la promoción de la autonomía personal, la atención social y sanitaria, la formación y el empleo y la participación social de las personas con discapacidad física y pluridiscapacidad.